Susurros de humo
La pradera estaba gris, ya no latía. Susurraba humo de cuando en cuando y los pájaros, sin poder respirar tuvieron que levantar su vuelo hacia ningún lugar, desorientados y alucinados, sin rumbo, sin tierra. Lloraron
La pradera estaba gris, ya no latía. Susurraba humo de cuando en cuando y los pájaros, sin poder respirar tuvieron que levantar su vuelo hacia ningún lugar, desorientados y alucinados, sin rumbo, sin tierra. Lloraron
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