No sería posible entender la gastronomía, su historia y la actualidad de la alta cocina en el mundo mediterráneo sin un personaje sobre el que hay más leyenda que conocimiento: Apicio, el millonario romano, sibarita, creador de una academia de cocineros, criticado por algunos y amado por muchos más en su época, referente clave de la cocina opulenta de la Roma clásica.
Marco Gavio Apicio escribió la primera compilación de recetas de alta cocina que permanece, ese ya es un gran mérito para tenerlo en cuenta. Sin embargo, no solamente era un gran gastrónomo, sino que fue mecenas de la administración de época de Tiberio, suegro del tenebroso Sejano y actor de primera fila en los acontecimientos políticos de su época que se desarrollaron de forma trágica para él y su familia. Su obra, De re coquinaria, es un compendio de recetas de diversas épocas, dividido en diez capítulos y escrita entre los s. I al III d.C., por otras manos además de las suyas. En conjunto casi 500 recetas que muestran lo mejor de la cocina romana, en las que se utilizan desde la –entonces- carísima pimienta, un producto de importación, hasta el mediterráneo garum; pescados blancos, azules, de río o de mar. También carnes de caza, aves, cabrito y cerdo.
Elaboraciones complejas como foie, vinos aromáticos a los que llamaba Néstor Luján «peana alcohólica», y especialmente una gran cantidad de salsas refinadísimas y espinosas de repetir. Además de los productos más costosos, Apicio se recrea en su obra con los más sencillos alimentos de su época: campechanas legumbres, harinas, caracoles, cereales y embutidos. No dejaba atrás los dulces como las torrijas, flan o leche frita, además de pasteles de miel, tortas y confituras. Y dominaba las técnicas: asados, dobles cocciones, hervidos, embuchados, piezas rellenas de auténtica artesanía gourmet. Aunque al leer su recetario se nos abra el apetito, fue duramente criticado en su época y tenido como un «millonario voluptuoso». Maledicencias de la historia que por fin podemos conocer de primera mano ¿verdad? ¿patraña? ¿exageración?
Si su recetario es apasionante no lo es menos su vida, ya que se vio envuelto en un verdadero drama que se saldó con las vidas de auténticos inocentes en un torbellino de muerte, ambición, traiciones y poder. Una vida que nació de la mano de la editorial Almuzara, en forma de novela histórica y cuyo título preludia gastronomía y buena mesa: Triclinium
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